Como parte del equipo sanitario tenemos una labor que es necesaria divulgar en nuestro día a día.
Las revisiones y seguimientos de los pacientes portadores de prótesis dentales son necesarias, tanto en prótesis fija e implantes como en prótesis movible y removible.
El caso que nos ocupa es una P.P.R. metálica inferior.
Las piezas que se debían reemplazar era todo el sector posterior, ocho piezas. En su estudio una vez registrada la oclusión se desestimó montar ambos sietes.
Cuando se están reemplazando o la mitad o más de la mitad de piezas del paciente, sobre todo en el maxilar inferior, el concepto que debe mantenerse en el diseño de la P.P.R. es su apoyo dentomucosoportado. Por ello su diseño será con la máxima amplitud.
Hay que confeccionar una estructura metálica para evitar fracturas o grietas en el entorno de las piezas del paciente. Son precisamente estas zonas las más frágiles.
La labor de nuestro colaborador y su equipo en la clínica dental es primordial, de ellos va a depender ese cambio que debe hacer el paciente al ser portador de una prótesis dental.
Solo dos conceptos, higiene y mantenimiento.
¿Entonces que ha fallado aquí...?
Desconozco si una posible causa pudo estar motivada al haberse mantenido en su limpieza diaria por ambos extremos a la vez. Esto puede doblar algo la prótesis y a posterior puede comenzar una fatiga del material en ese punto, llegando a partir.
Otra causa es su ausencia de mantenimientos. Pude saber a través de la clínica que desde que se fabricó, el paciente no fue al seguimiento y control de su prótesis dental.
Una P.P.R con extremos libres se debería rebasar por lo menos una vez al año.
En su reparación se saneó toda la resina alrededor de la grieta, se desmontó el diente para evitar que se dañará con la soldadura y se reforzó con algo más de metal en esa zona. Una vez reparada y colocada se hizo el rebase de la prótesis.
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