martes, 21 de julio de 2015

EL VALOR DE NUESTROS PRODUCTOS

He echado mano aun artículo publicado en el 2011 que venía a ser un aviso para navegantes de aquello que empezaba a ser una entrada en nuestro mercado nacional por prótesis dentales fabricadas fuera de nuestras fronteras, más bien de procedencia asiática. Creo que a fecha de hoy poco han cambiado las cosas, quizás la diferencia la marcamos los que nos seguimos aferrando a mantener la calidad como principal marca de distinción ante el resto y seguir exigiendo que los pacientes conozcan quién es que ha fabricado su prótesis dentales. Es la única manera de luchar contra aquellos que han encontrado en el mercado asiático la gallina de los huevos de oro.


Desde hace unos años, el mercado odontológico, aunque a muchos no les guste la definición que se le otorga desde un punto de vista empresarial, está sufriendo unos cambios asombrosos. Lo que antes era un sector de pocos, se ha convertido en un sector de muchos. Esto ha pasado en las mejores familias, notarios, ingenieros, etc. pero en el fondo es lo que hay, así es el mercado «crea fama y te conquistarán».

En este mercado tenemos que saber lo que hace diferentes, ya que actualmente existe un potencial para diferenciarse. El nivel de la Odontología en España ha evolucionado hasta alcanzar una posición muy destacada en Europa incluso en el mundo. Hay muy buenos clínicos y protésicos.

Se debe de empezar por el principio que es: dónde, con qué y de qué forma se fabrican las prótesis que más tarde llevará una persona.
Si se quiere que el nivel de España mantenga unos estándares de los más altos hay que preocuparse por la calidad de los trabajos. Esta inquietud está en la conciencia de cada uno y debe empezar por el laboratorio que fabrica las prótesis.
Dentro del dónde fabricar está claro a lo que nos referimos. La mayoría de los fabricantes de España saben lo que fabrican, qué materias y materiales usan para elaborar las prótesis y, en caso de haber algún problema, a quién pedirle explicaciones. El laboratorio debe de ser un lugar de trabajo que cuente con la licencia sanitaria, homologación con la legislación de la Unión Europea, servicio de limpieza, personal formado, visible, y al cual clínicos con los pacientes acudan para encontrar soluciones a sus casos. Todo eso da una seguridad a la hora de vender el producto que, sin duda, los clientes saben apreciar. Llegados aquí es necesario hablar sobre un tema del que todos somos conscientes en este sector que nos afecta y, que si queremos que este buen nivel se siga manteniendo, debemos de tener en cuenta.


La competencia del exterior es cada vez más agresiva, lo que aquí se consigue a un precio, ellos lo ofrecen a la mitad. Pero, debemos de ser conscientes que no es lo mismo aunque lo parezca al principio. Debemos de luchar por seguir manteniendo el nivel donde lo hemos marcado ya que cuando llegan los desastres es tarde para solucionarlos.


Hacemos una comparación entre dos sectores


Todos conocemos las réplicas de relojes que ciertos países realizan, éstos son aparentemente iguales de cara al exterior, sus cajas son muy parecidas o iguales, el mecanismo de funcionamiento ha alcanzado la tecnología de los de verdad, ¡ya van sin pilas! Pero… al tiempo empezamos a darnos cuenta de ciertos detalles que era de esperar por una réplica de un reloj que en tienda cuesta unos siete mil euros y a nosotros nos ha costado entre veinticinco y ciento veinte euros (creedme cuando digo que hay réplicas que se venden a ese precio y más alto). La hora no es tan exacta, las manecillas se mueven al compás del segundero, incluso el esmalte de la esfera no está brillante ya, los días empiezan a no pasar y tú empiezas a pensar: «vaya inversión, ahora a quién reclamo yo esto».

Ahora lo traslado a este sector y vemos lo que ya ha sucedido, incidimos que cuando hablamos de salud, se habla de palabras mayores desde mi punto de vista y creemos que desde cualquier otro.
Hay que ser conscientes de dónde provienen dichos productos y, si vienen de fuera, exigir el marcaje y los controles pertinentes. Primero, el estatus profesional, y luego, quién vaya a portar ese trabajo en el futuro se verá afectado si no lo hacemos.


No hay que dejar pasar este tipo de cosas por alto ya que en la calidad y responsabilidad de los productos está la calidad de los trabajos y la seguridad de los pacientes.
De qué forma fabricar y usar los medios que tenemos a nuestro alcance es muy importante. Hay que aprovechar los recursos que tenemos, tanto materiales como humanos.


«Los titulares de los laboratorios de prótesis dental podrán ser personas físicas o jurídicas, pero estarán necesariamente organizados, gestionados y dirigidos por protésicos dentales que se hallen en posesión del título referenciado en el artículo 5 o habilitados para el ejercicio profesional conforme a lo dispuesto en la disposición transitoria primera» (Art. 7.3 RD1594/1994).

Los materiales que se deberían de adquirir por cualquier protésico deben de ser marcas con una garantía, un marcaje y, a ser posible, adquiridas a un depósito o proveedor de confianza.
Cada vez más, el valor humano en una empresa, desempeña un recurso de diferenciación. Debemos dar a conocer a la gente con la que trabajamos, quiénes son, qué hacen y cómo lo hacen, la formación continuada que mantienen y en qué se diferencian de sus compañeros, ya que dentro de un mismo laboratorio hay gente con distintas cualidades para realizar ciertos trabajos.
«Tales actividades concertadas sólo podrán ser realizadas por entidades que reúnan los requisitos establecidos para los fabricantes, con excepción de la licencia previa de funcionamiento en el caso de las entidades referidas en el segundo párrafo del apartado 1 del artículo 1» (RD 437/2009 Artículo 3.2).

Aquí introduzco un inciso importante: informándome sobre la elaboración de prótesis en el extranjero, me indicaron que es responsabilidad de la empresa o persona que importe dichas prótesis el certificar que las mismas se han fabricado dando cumplimiento a los requisitos y garantías exigidos por la normativa vigente en la Unión Europea y la española, determinada ésta por la Dirección General de Productos Sanitarios y la Agencia del Medicamento. Las personas que trabajan con países extranjeros deberían por tanto desplazarse a dichos países para conocer el laboratorio, comprobar que los materiales que utilizan son los exigidos (y no otros de inferior calidad), y, en general, comprobar que el proceso de fabricación cumple los estándares de seguridad y calidad que tenemos en España.
Estas «comprobaciones» son absolutamente necesarias en estos casos, puesto que como ya hemos visto, la responsabilidad derivada del trabajo colocado en España y fabricado en el exterior recae –exclusivamente– sobre el laboratorio que ha importado dichos trabajos o el doctor que los ha colocado en la boca de sus pacientes.
Para evitar el tener que preguntarse de aquí a unos años «vaya inversión, a quién reclamo yo esto» debemos de seguir manteniendo nuestro mercado en el nivel en el que está posicionado y limpio de incidentes que, a parte de crear un mal nombre, manchan la confianza del consumidor final, que al final, no somos otros que nosotros mismos. Si no nos mantenemos en esta línea, habremos desarrollado un «crea fama y te conquistarán» a un nivel mucho mayor del que nos imaginamos.

Artículo elaborado por:
Maribel Aragoneses

Presidenta de la Asociación de Empresarios Protésicos de Madrid.

Jaime Sánchez Díaz-Moreu
Consultor de marketing
Colaborador de la Asociación de Empresarios Protésicos de Madrid.



http://www.gacetadental.com/2011/07/el-valor-de-nuestros-productos-26063/

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